miércoles, 26 de enero de 2011

Césped.



Tenía la sensación constante de evadirme a todas horas,mente en blanco. Salí huyendo de mis pensamientos para apresurarme al acantilado,necesitaba volver...necesitaba un "pequeña" de su boca...necesitaba recostarme en su hombro y que nada más importara.

Llegué.Corrí de un lado para otro.Que me azotara el viento.El olor a mar.La sensación de ser libre como un pajaro.


-Jajajajaja-se carcajeó.

Me di la vuelta,no podía ser cierto.Él estaba riendose...alucinada,no podía dar crédito a lo que oía.Se percató.Paró.

-¿Qué haces?-

¡Ais!Otra vez esa maldita sensación.Paralizada.Maldito ojos azules.

-Nada,necesitaba despejar la mente y correr a ver si aceleraba el proceso.-

-Sabes que así,no consigues nada.-

-Ya,pero no estabas.-

-Lo sé,recuerda que todavía hay muchas cosas que desconoces.-

-Te reto,enseñamelas.-

Cogió mi mano y me dirigio a otro lugar,estabamos en una explanada enorme llena de flores y de un césped que parecía hacerte volar.Precioso.Zancadilla.Auu!

-¿No podías haber usado la sutileza?-

-No.-

-Gracias,¡Eh!-

-Sabes que siempre me gusta darte una de cal y una de arena.-

-La cal,ya la he pillado.¿Y la arena?-

Se quito los guantes y con una delicadeza máxima comenzó a rozarme con la punta de sus dedos todo mi cuello,hasta bajar a mi pecho.Sugería algo,pero no llegó.Continuó...por detrás de la oreja y después el pelo. Se estaba acercando con los labios a mi boca,pero...paro.

-Creo que hay tienes un desierto,pequeña.-

-Es-Es-Es-que-que-que.-

-Calla,anda.-

Lo había vuelto hacer otra vez,me había enganchado de una manera que ya antes había experimentado.No lo recuerdo bien,pero...no me importaba,aquella sensación me gustaba.Mucho más que pensar,pensamientos sin sentido.Mucho más que la realidad.

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